No diremos que Impossibilia es la revista que todos ustedes estaban esperando. No van a encontrar en ella nada diferente a lo que cualquier otra revista de estudios literarios pueda ofrecerles; ni tampoco podrán hallar aquí todo aquello que andan buscando. No obstante, Impossibilia, que nace pegada a la historia que le ha tocado vivir, sí pretende servirse de los medios digitales que esta nueva coyuntura histórica le brinda para hacerles llegar otro espacio más de reflexión. De este modo, y en cuanto a su forma se refiere, Impossibilia deja los anaqueles de las clásicas hemerotecas –aunque continuamos sabiéndonos bibliófilos hasta el final de los días– para instalarse en la red, con la intención de mejorar así su difusión y visibilidad dentro de la comunidad científica internacional. Pero esto –y es algo que siempre tendremos que manifestar, además de agradecer– jamás hubiese sido posible sin toda la tradición que nos precede. Por ello, ahora más que nunca, vuelven a tener vigencia las palabras que dijera en su día Bernard de Fontaine: nani gigantum humeris insidentes. No nos interesa hacer referencia al significado retórico de la palabra que nos da el nombre y la identidad, ni hablar del surgimiento de la Asociación, ni tampoco hacer memoria de los primeros pasos en esta andadura; hoy queremos demostrar con este breve editorial que aquello que nos parecía, en principio, una empresa imposible de llevar a cabo comienza a ser una realidad. La imposibilidad de que un pequeño grupo de jóvenes estudiosos de la literatura fuese capaz de poner en marcha y circulación todo el complejo aparato que este tipo de producción requiere es una hipótesis que empieza a ser verificada. Años de esfuerzo y dedicación al estudio de la literatura desde todas sus formas, junto con el entusiasmo y la imaginación han propiciado que Impossibilia se convierta en una plataforma de comunicación donde tienen cabida tanto la opinión de experimentados investigadores como de aquellos investigadores aún –y siempre– en proceso de formación.